Presentación libro I Jornadas...

Azucena Zanón: Buenos días. En primer lugar agradezco a nuestros invitados especiales su generosidad por estar con nosotros: Laura Calvo y Edgardo Lanfré; en la invitación figuran escritora y músico respectivamente, pero Laura también canta y Edgardo ha publicado este libro.
A Verónica Pagola, quien recibió con entusiasmo la propuesta de organizar esta presentación y a todos ustedes que nos acompañan.


Como la mayoría de ustedes saben, en setiembre del año pasado se realizaron las I Jornadas Regionales del IOM en la Patagonia, el libro que hoy presentamos es resultado de ese trabajo en que intervinieron distintos CID y Delegaciones de la Patagonia. Esta presentación, que ya se ha hecho en otras ciudades, es la culminación de este trabajo aquí en Bariloche. Ya se están organizando las II Jornadas para el año próximo en Comodoro Rivadavia.

Voy a presentar a nuestros invitados, pero antes, quiero leerles unas palabras de la directora del CID BARILOCHE, Graciela Esperanza:
 “En un día como hoy quería de algún modo estar presente entre ustedes, acompañarlos y hacerles llegar simplemente mi alegría por la presentación de este libro, que no es tan solo el resultado de un trabajo, sin duda lo es, pero creo que es también mucho más que un trabajo, es el fruto renovado de un deseo sostenido por cada uno de nosotros respecto de una transmisión que no cesa y que implica estar al servicio de un discurso, que más que ningún otro, y sobre todo en los tiempos que corren, es tributario de una práctica que se pone en acto con cada uno de nuestros gestos.
Uno de ellos, la presentación que se realizará hoy, es la muestra más acabada de que las
fronteras del psicoanálisis no son geográficas sino éticas, esto resonará para quienes ya leyeron el libro de Las Primeras Jornadas Patagónicas del IOM y también para quienes lo lean a partir de ahora.
Un gran abrazo a mis queridos colegas y amigos de todos estos años del CID Bariloche y a mis colegas de toda la Patagonia.  Graciela Esperanza.”

Paso la palabra a Verónica Pagola, psicoanalista.

Verónica Pagola: Estoy muy contenta que hoy estemos presentando este libro, muchos de ustedes han participado en esos dos días intensos que compartimos el año pasado con colegas de todas la Región y Buenos Aires.
Recuerdo la apuesta constante de los trabajos, los aportes generosos de los docentes, el entusiasmo constante. En la presentación de Graciela Esperanza creo encontrarán una excelente síntesis de las I Jornadas Regionales del IOM en la Patagonia.
Hoy, luego de casi un año, y ya contando con aquellos textos en forma escrita, quisiera compartirles mi lectura de alguno de ellos, particularmente los agrupados bajo el nombre de “Rasgos locales”.
En la Patagonia ¿podemos localizar determinados rasgos?
Aíslo dos que insisten: el desarraigo y los lazos sociales.

Desarraigo
Las personas que habitan este lugar hablan del desarraigo, de provenir de otro lugar, algunas veces se plantean la posibilidad de regresar, o bien el no poder hacerlo se vive casi como un exilio. También experimentan el desarraigo las nuevas generaciones al emigrar a otras ciudades a estudiar.
Cito a S.Salvarezza “Desarraigado: se aplica al que no tiene lazos afectivos, intereses que le ligan al sitio o medio en que viven. Y más adelante… “En la posición de desarraigado no hay emblemas propios, señales de un pasado, que inscriba y determine, sino marca segregatoria de lo distinto”.
Lazos sociales
A. Zanón ubica una particularidad en la consulta. Cito “Pacientes de mediana edad, que más allá de sus singularidades, presentan en común la queja acerca de la dificultad, cuando no la imposibilidad, de hacer lazos de amistad, la añoranza de encuentros con amigos que están a la distancia a lo que se agrega, en muchos casos, la lejanía de la familia.”
Agrego a estos la dificultad de encontrar pareja, de criar a los hijos sin la ayuda de familiares o amigos cercanos.

Patagonia
Al describir a la región se la hace en términos casi románticos.
Paraíso, barbarie, sueños de conquista y riqueza.
Azucena elige la Leyenda de los Césares, J.L.Tuñón nos habla de la fascinación por el petróleo, ¿el oro negro?, me pregunto.
Paraíso natural que algunas veces pierde su brillo en el devenir cotidiano.
Mientras pensaba en qué decir en esta Presentación, una combi de turismo, esas que uno encuentra fácilmente en Bustillo decía: “Patagonia: extraña fascinación”.
Con la fascinación iba bien hasta que el significante “Extraña” me empezó a inquietar.
Extraño:
1. adj. De nación, familia o profesión distinta de la que se nombra o sobrentiende, en contraposición a propio.
2. adj. Raro, singular.
3. adj. extravagante. Extraño humor, genio Extraña manía
4. adj. Dicho de una persona o de una cosa: Que es ajena a la naturaleza o condición de otra de la cual forma parte.
5. adj. Que no tiene parte en algo.
6. m. Movimiento súbito, inesperado y sorprendente

Nuevamente lo extranjero, lo ajeno, aparece ligado a la Patagonia y a la fascinación hacia ella.
Extraña también resuena a la añoranza hacia algo que no se tiene o se perdió.
Empecé a asociar: Patagonia rebelde, enigmática, inesperada, ahora Cenicienta!
¿No se la describe acaso casi como a una mujer?  El continente negro de Freud, que permanecía inexplorado.
Fui a la tapa del libro y un error en la edición confirmaba mi hilación: al escribir 1eras Jornadas Regionales del IOM en La Patagonia, el La está con mayúscula!
Sigo con la asociación: La donna e movile.
En particular en Bariloche, la economía se basa especialmente en el Turismo y los Comercios, se habla de Temporadas, diferente a otras zonas de la Patagonia, donde por ejemplo la producción de fruta liga al hombre más a la tierra.
 Y entonces me surge una pregunta,
¿Habrá algo de esta extraña fascinación hacia la Patagonia que impide el arraigo en ella?
¿Hay posibilidad de arraigarse manteniendo vivo el deseo de ser un pionero permanente?
¿Cómo salir de este impasse entonces?
En el texto que estamos leyendo este año en el IOM  “Los signos del goce”, en la pág. 171, en el marco de una conferencia que está dando Miller señalando los puntos fundamentales del psicoanálisis indica como uno de ellos “la brújula de la enseñanza de Lacan es la división del sujeto, su inadaptación, no es accidental ni patológica”.
Lejos de una pretensión adaptativa, cómo unir estas cuestiones que aparentemente se presentan discordantes.
Y entonces vuelvo al IOM, pensando en que viene al lugar de enlazar estas cuestiones, al menos a mi me ha ayudado.
Da un arraigo, hay referentes, hay 11 años de historia, hay un programa que se sigue.
Una formación sistemática a lo largo del tiempo.
Pero también…
Aloja lo singular, venimos a compartir lo que no sabemos. Se invita a encontrar la extrañeza en los textos, cada uno puede ser pionero en su recorrido.
Permite la diversidad de estilos, docentes, formas de transmisión.
Y lo más importante, promoviendo el lazo con los otros.
Cuando hay arraigo, hay frutos, y uno de ellos es este libro que hoy estamos presentando,  el de las I Jornadas Regionales del IOM en la Patagonia.

A.Z.: Laura Calvo se radica en Bariloche en 1980, iniciándose como coordinadora de Talleres de Escritura. Desde entonces, su actividad se amplía y desarrolla por correo electrónico (Cibertaller).
Participa como Jurado en diversos concursos, encuentros de Escritores y en el Salón Patagónico del Poema Ilustrado.
Premiada varias veces por su obra poética y narrativa, realiza numerosos recitales y espectáculos musicales en Bariloche, Buenos Aires, Chile y España.
Entre sus libros de poesía se cuentan: Angel Fauno; Decimos (en colaboración); Conquista del Arbol y Poemas Perros, Discursos Vivos; y varias antologías: Antología Oral de la Poesía Argentina; Abrazo Austral; Poesía hacia el Nuevo Milenio; Poesía Río Negro; Antología Consultada y comentada.
Su novela Piedras Blancas, seleccionada y editada por FER, recibió un premio de la Secretaría de Cultura de Nación y una mención Honorífica del fondo Nacional de las Artes.
Como cantautora grabó dos CD: Poetango y Poetango 2  junto al compositor Norberto Navarro.
En coautoría con Luisa Peluffo, publica Ventanas a la palabra, el Taller de Escritura en la Escuela y, en 2010 su libro para niños Salto de página-Aventuras en el cuaderno.
En el 2009, en la convocatoria del FER, tres de sus libros fueron seleccionadas para su edición: La más grande, la más oscura (cuentos), Anote, querida (novela) y Un cielo sobre la cabeza basta (poesía).
La mayoría de las obras de Laura Calvo han sido declaradas de “Importancia Cultural” por el Concejo Deliberante de S. C. de Bariloche. (de las solapas de “Un cielo en la cabeza basta” Fondo Editorial Rionegrino (FER) 2010).

Laura Calvo:
Dice el poeta francés Paul Valèry, que “no hay sentido verdadero de un texto”, vale decir, no hay un único sentido, por lo tanto “no hay autoridad del autor”. Sea como sea lo que un autor haya querido decir, ha escrito lo que ha escrito. Una vez publicado, un texto es como un plato del que cada cual puede servirse a su manera. Valèry deja carta blanca a sus lectores y agrega que su obra es una partitura que él no puede oír sino ejecutada por el espíritu de los demás. Yo adhiero a ese pensamiento: la obra se completa si hay resonancia en el lector. Y eso es lo que lo “Síntomas y Semblantes” ha producido en mí: resonancia. Comencé ojéandolo y, de pronto, me vi atrapada por las distintas temáticas que en él desarrollan una treintena de profesionales del Centro Psicoanalítico al cual también perteneció mi hija Luz y por eso no me resulta del todo ajeno, al menos en su accionar en nuestra comunidad.
Hace unos años, Azucena Zanón, el alma de este Centro e inspiradora de un sinnúmero de trabajos, junto a otras psicólogas, nos convocaron a un grupo de escritores, artistas plásticos, músicos y actores a realizar un trabajo en conjunto. Nos reunimos en la sala que el Camping Musical tenía en la calle Juramento y allí nos expusieron la idea de formar “carteles” lo cual nos llenó de curiosidad ya que esa palabra uno la asociaba con los carteles de la droga: Cali, Medellín. Pues no; los carteles, según lo entendimos eran grupos que contendrían varios miembros provenientes del campo de lo artístico y un “más uno”, que vendría a ser el psicólogo orientador o coordinador, en fin, no recuerdo bien qué papel desempeñaba pero era como el que estaba a cargo. La razón de todo esto: una mutua alimentación en torno a un objetivo: la “productividad”. Nos reunimos varias veces y de aquello algo salió.

Han pasado muchos años y ha corrido mucha agua bajo el puente, como se dice comúnmente. Yo tengo varios libros editados, y hoy, en mis manos, este libro editado por ustedes al cual me referiré brevemente sin aventurarme en disquisiciones para las cuales no estoy preparada.
De entrada, lo que ve el lector es la tapa, y, en este caso, la tapa ya nos atrae revelándonos, sin exagerar ni caer en obviedades, datos intrínsecos al libro: la máscara, el semblante; blanco y negro, los opuestos; grises más ambiguos y un detalle de color en el logo y el encuadre. Buen gusto en el diseño, sobriedad y equilibrio. Nada sobra, nada falta.
Giramos el libro y estamos en la contratapa que, con fragmentos referentes a las jornadas, nos ubican en los contenidos abordados.
Debo decir que el libro está muy bien diseñado y resulta agradable para leer. Me refiero con esto a sus aspectos formales que nunca deben descuidarse: bien distribuidos los espacios, tipos de letra, hojas en blanco. Todo cuenta al momento de encarar la lectura.
Y ahora, ya pasando a qué me pasa a mí como escritora de ficción frente a un libro de estas características, quiero contarles que me sorprendió encontrar un montón de situaciones planteadas desde el psicoanálisis, que yo planteo desde la poesía. Así que voy a tomarme el atrevimiento de inmiscuirme un poco en algunos textos para establecer esas analogías.
Por ejemplo, en el capítulo “Hacer de lo singular poesía”, Mary Lilian Trigo aborda el tema del malestar en la cultura, cita un caso y termina hablando del “agujero de lo real”, lo que me trasladó a este poema de mi último libro “Un cielo sobre la cabeza basta”. Si me permiten:

Habíamos buscado*
Habíamos buscado todas las respuestas
habíamos hecho todo el trabajo
pero había ese hueco

(negro como el reverso de un espejo
Blanco como a suma de los colores del espectro)

Había ese hueco de fáciles desvestimientos
donde el humo de adentro y el viento de afuera
se arremolinaban juntos

Y aunque humillado y educable hueco
ese hueco era también tu casa

Dice Ana della Paolera en su capítulo “La dimensión enigmática de la feminidad” que la mujer pretende ser deseada y al mismo tiempo amada pero como la mujer no tiene el falo, ni tampoco lo es, le queda entonces la solución del parecer ser. Esto me recordó otro poema escrito hace años donde digo: Las luces y las sombras son la revelación del objeto/ las que lo hacen parecer lo que es.

Y finalmente quiero referirme a algo que me encantó de Stella Palma cuando dice, refiriéndose a la época del culto de la imagen y la cruzada por el bienestar: “Si en la época de Freud, el sujeto podía sentirse culpable por gozar, ahora se siente en falta por no gozar lo suficiente. Y agrega al final de su trabajo: “Lo esencial no es borrar el dolor y llamar a eso felicidad; lo esencial es ayudar al sujeto a salir de los impasses que sufre su cuerpo cuando su relación con el lenguaje está también atascada. Como yo le estaba cuando escribí este poema y con el cual me despido.

Necesidad secreta*
Tienes una necesidad secreta
que te inclina hacia el lado equivocado
de manera que das la impresión
de estar con un sombrero echado de costado

sobre la cara, sí

estás marcado por tus ansias
se te nota en la voz
avanzas pegada a las paredes de las cosas
el ruedo de tu falda remetido en las piernas

y todo eso para qué
todos esos ahogos

tendrías que sentarte o subir otro escalón
acomodarte en el peldaño con los ojos abiertos
hasta que se te pase el mareo

y después, sí
seguir subiendo con la totalidad de tu ser

* De “Un cielo en la cabeza basta” Fondo Editorial Rionegrino (2010)


A.Z.: Edgardo Lanfré, a quien conozco hoy personalmente, conocía su voz por los programas de radio, este es su libro: “Con humor y amor a un pueblo - Cosas del Pago”.
Nació en Bariloche, podemos decir la fecha: 2 de octubre de 1961. Creció en esta ciudad y más tarde continuó sus estudios en Neuquén. Allí comienza a estudiar guitarra junto a Hugo Berbel, y finalmente se recibe de profesor de Enseñanza de Guitarra en el Instituto Folclórico Argentino, en Bernal, Provincia de Buenos Aires.
Regresa a Bariloche donde abre una sucursal del Instituto en el cual se formó.
Comenzó su actividad profesional sobre los escenarios hace 30 años. Ha realizado gran
cantidad de actuaciones en nuestra región, en el país y en países limítrofes, siempre con
propuestas relacionadas con el folclore, rescatando las vivencias y costumbres de  nuestra gente y cultura.
Edgardo Lanfré expresa emociones y sentimientos, a través de relatos, cuentos y canciones.
Rescatando la cultura del habitante de la estepa y la cordillera con un lenguaje sencillo y
autóctono lo que permite, entre otras cosas, la coexistencia de lágrimas y carcajadas.
Esa manía de pescar gestos típicos y anécdotas de nuestra gente, el autor lo hace posible con humor y sin hacer faltar la poesía y esas frases tan nuestras. (de la contratapa de “Con humor y amor a un pueblo – Cosas del Pago” Ed. Gardi 2010)
Edgardo Lanfré luego de aclarar que la Patagonia es también la meseta, nos habló del desarraigo de los que, criados acá, han emigrado por diversas razones, comentó su experiencia como estudiante en Buenos Aires y cantó "La encomienda" canción de su autoría.


              Edgardo Lanfré acompañando con música un poema de Laura Calvo