La
actividad contó con tres invitadas: Ayelén Nuñez (docente), Lorraine Green
(artista) y Mónica Squillacioti (practicante de psicoanálisis) para conversar sobre el tema de
las Adolescencias. Cada una refirió a la especificidad de su labor con
adolescentes desde los ámbitos educativo y clínico, rescatando el encuentro y
la escucha. Se hizo mención al corrimiento que se observa por parte de los
adultos, dejando en soledad a las jóvenes. Por tanto, resulta imprescindible la
disponibilidad y acompañamiento de parte de lo institucional.
Lorraine
subrayó que en el proceso que implica acompañar un proyecto en la materia de
arte, se apela a la libertad y responsabilidad de cada uno, para permitirle
crear y creer en sí mismo. Se respeta los tiempos y necesidades que van desde
el descreimiento, la apatía hasta la angustia; con el soporte de un vínculo
estrecho con el docente, que le permita escuchar su propia voz y encontrar un
camino.
Mónica
se refirió a la urgencia de la pulsión y las posibilidades de tramitación de
cada adolescente, en un época donde prevalece
la declinación del nombre del padre y el discurso de la ciencia. Por
tanto, hay que considerar la construcción epocal y la singular de cada uno frente a la no
relación sexual. La adolescencia como período resulta novedoso y a la vez, se
extiende cada vez más. Respecto al trabajo con las adolescencias, se subraya el
poder escuchar y acompañar el deseo que habita en cada uno.
Ayelén
hizo referencia a poder ubicar estrategias singulares en el acompañamiento
escolar, tomando compromiso con las problemáticas presentadas. Y considerando
el contexto actual de pandemia, poder ubicar la paradoja que la tecnología nos
presenta: por un lado, estar hiperconectado y por otro, cansado y desmotivado.
En tanto, lo virtual no atrapa, se resignifica el encuentro con el maestro y el
valor de la palabra.
Luego
se dio lugar al intercambio con los participantes donde se produjeron
interesantes comentarios, preguntas y anécdotas que enriquecieron la charla.
Mariana
Cairo